• Empieza con una buena lechuga, elige las hojas verdes más
oscuras, las más ricas en pigmentos y más saludables. Ponlas en agua muy fría
para revitalizarlas.
• El toque dulce de las frutas, además de un sabor especial
supone un extra de vitaminas. Prueba con gajos de mandarina, trocitos de
manzana (con un chorrito de limón para que no se oscurezca), rodajitas de kiwi…
• Necesitas una fuente de proteínas: pon cubitos de salmón a
la plancha o de pechuga de pollo, trocitos de requesón o queso azul si no
tienes problemas de peso.
• Espolvorea semillas de sésamo, fuente de grasas sanas que
hacen bajar tu colesterol o trocitos de almendra.
• Alíñalo todo con sal de hierbas (evita la sal común),
aceite de oliva virgen de la presión en frío, un chorrito de vinagre balsámico
y un diente de ajo fresco rallado que te protegerá de infecciones.
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